Esta es otra carta que nos llega desde "el país de lagos y volcanes", por parte de nuestro camarada PyC. ¡Muchas gracias, amigo! Estamos seguros de que esta información será muy valiosa para toda la hermandad. PyC nos presenta esta carta así:
El segundo documento, llamado coloquialmente 'Documento Sevilla', es un análisis mucho más hondo sobre la aplicación de las alternativas a las transfusiones en las diferentes situaciones, las más comunes, con las respectivas recomendaciones para cada uno de ellos, mucho mejor documentado y técnico. El documento reúne las recomendaciones y actualizaciones realizadas por los expertos. Según la carta en la que se dan las pautas para su uso, se encuentran al menos dos puntos que no suelen jugar a favor de la postura de la organización, como es la donación pre-operatoria de sangre autóloga y la administración de EPO en pacientes críticos. Por ello, el documento no ha de ser distribuido con los médicos contactados, solo es facilitado para que sea del conocimiento de los miembros de los CEH y se utilicen los puntos que convengan para apoyar el uso de las alternativas.
Al leer esto me pregunto, ¿qué hay del "consentimiento informado", que la Organización aduce entre las autoridades cuando surge algún conflicto médico? ¿Lo practica con los pacientes testigos al señalarles los riesgos de los tratamientos médicos alternativos a la sangre? Analicemos la carta punto por punto:
Con gusto les anexamos el artículo 2013: Documento “Sevilla” de Consenso sobre Alternativas a la Transfusión de Sangre Alogénica, publicado recientemente en la revista española Farmacia Hospitalaria.
¿Por qué no hacen conocida esta información a toda la hermandad con el mismo "gusto" con que se la mandan a los Comités de Enlace con Hospitales (CEH)? ¿No podría salir en ¡Despertad! o en jw.org o como suplemento de Nuestro Ministerio del Reino?
Se trata de una guía elaborada por expertos de seis sociedades científicas que contiene explicaciones sobre técnicas y fármacos que permiten evitar la transfusión de sangre alogénica. Ofrece recomendaciones basadas en estudios bien diseñados, por lo que puede resultar de gran interés para facultativos de diferentes especialidades médicas y quirúrgicas. El documento se ha publicado simultáneamente en las siguientes cuatro revistas médicas: Farmacia Hospitalaria, Revista Española de Anestesiología y Reanimación, Medicina Intensiva y una versión en inglés en Blood Transfusion.
La verdad es que hay una gran diferencia entre un paper amateur redactado por el indocumentado Avelino Retamales, que sólo destaca las bondades de las alternativas médicas a la sangre, y este artículo médico hecho por peritos en la materia, que ha llegado a traducirse al inglés, como Spanish Consensus Statement on alternatives to allogeneic blood transfusion: the 2013 update of the "Seville Document".
Por favor tengan en cuenta los siguientes comentarios:
El trabajo se centra en las alternativas a la transfusión de glóbulos rojos, pero no analiza cómo evitar el uso de los otros componentes principales de la sangre.
Advertencia que se juzga necesaria dar a los CEH, que fácilmente podrían usar este documento con médicos que están tratando casos donde es necesario el uso de los otros componentes principales de la sangre... lo que demuestra el grado de principiantes (y el posible ridículo) ante los médicos.
En la página 213 aparece una sección titulada “Donación Preoperatoria de Sangre Autóloga (DPSA)”. Es importante que los médicos sepan que esta alternativa no es aceptable para los testigos de Jehová.
¿Y qué hay del "consentimiento informado"? ¿Por qué a través de esta carta se rechaza a priori esta alternativa, hablando por todos los testigos de Jehová? Veamos la sección en cuestión:
"Donación Preoperatoria de Sangre Autóloga (DPSA)
La DPSA es una modalidad de autotransfusión que consiste en la extracción, en los días o semanas previos a la intervención, de una o varias unidades de la propia sangre del paciente. Estas unidades se someten a tamizado serológico y almacenamiento, precedido o no de fraccionamiento, y su reinfusión al paciente se realiza durante la intervención y/o en el postoperatorio inmediato."
"Preoperative autologous blood donation
Preoperative autologous blood donation (PABD) is a modality of autotransfusion consisting in the withdrawal of one or several units of the patient's own blood, in the days or weeks prior to the intervention. These units undergo serological screening and storage, and may be reinfused into the patient during the procedure or in the immediate postoperative period."
Entendemos que, pese a que no hay una transfusión de sangre ajena envuelta, el hecho de que la sangre se extraiga con anticipación, 'viola' la aplicación que hace la Organización de la Ley Mosaica respecto a 'derramar la sangre y cubrirla con tierra' de Levítico 17:13. Pero, ¿qué se dice respecto a la recuperación de sangre y de la hemodilución?
*** w89 1/3 pág. 31 Preguntas de los lectores ***
"¿Qué hay de una hemodilución inducida? Algunos cirujanos creen que es ventajoso diluir la sangre del paciente durante la cirugía. Por eso, al principio de la operación dirigen alguna sangre a bolsas de almacenamiento fuera del cuerpo del paciente y reemplazan esa sangre con fluidos no sanguíneos; después se permite que la sangre fluya de nuevo al paciente. Puesto que los cristianos no permiten que se les almacene la sangre, algunos médicos han hecho una adaptación de este procedimiento mediante organizar el equipo en un circuito que esté constantemente conectado con el sistema circulatorio del paciente. Algunos cristianos han aceptado esto; otros lo han rechazado. De nuevo, cada persona tiene que decidir si va a considerar el desvío de su sangre en un circuito de hemodilución de este tipo como similar al fluir de la sangre por una máquina cardiopulmonar, o si vería la sangre como sangre que ha salido de la persona, y por lo tanto sangre que debería descartarse.
Un ejemplo final del uso de la propia sangre del paciente envuelve el recuperar la sangre para volver a usarla durante una operación. Se usa equipo para aspirar sangre de la herida, bombearla por un filtro (para eliminar coágulos u otra materia) o un centrífugo (para eliminar fluidos), y entonces introducirla de nuevo en el paciente. A muchos cristianos les ha preocupado profundamente el que en esa recuperación de la sangre se interrumpiera brevemente el fluir de la sangre. Sin embargo, como ya se ha mencionado, más bíblico sería preocuparse de si la sangre que fluye hacia una herida operatoria es o no es todavía parte de la persona. ¿Significa el que la sangre haya fluido de su sistema circulatorio a la herida que tal sangre deba ser ‘derramada’, como la que se menciona en Levítico 17:13? Si así lo cree la persona, probablemente rehusaría permitir tal recuperación de la sangre. Sin embargo, otro cristiano (quien tampoco permitiría que sangre que se hiciera fluir de su persona fuera almacenada por algún tiempo y después volviera a introducírsele en el cuerpo) pudiera concluir que un circuito con recuperación en una operación, con la subsiguiente reinfusión, no violaría su conciencia educada."
¿Qué diferencia real hay entre la donación preoperatoria de sangre autóloga y la hemodilución y la recuperación de sangre, salvo la diferencia de tiempo que la sangre está almacenada fuera del cuerpo del paciente? En el caso de la primera, prohibida, puede ser semanas o días. En el caso de las otras dos, permitidas, puede ser horas o minutos. Racionalmente, es prácticamente lo mismo. Teológicamente, dado que el pasaje bíblico en cuestión nada tiene que ver con procedimientos médicos del siglo XXI, al menos la interpretación debería ser consecuente: se aceptan todas las alternativas de la misma índole (pues en todos los casos hablamos de una reinfusión de la misma sangre del paciente) o no se acepta ninguna. Nada hay en el pasaje que permita coherentemente discriminar entre estas tres alternativas basándose en el tiempo que dure el almacenamiento de la sangre. Ahora, sigamos analizando la carta:
Los autores no recomiendan el uso de eritropoyetina humana recombinante (rHuEPO) en pacientes críticos. En el punto 3, de la página 225, se indica: “No recomendamos el uso de rHuEPO para tratar la anemia y reducir la tasa transfusional”. Aunque se enumeran algunas excepciones, esta recomendación podría hacer que algunos médicos descartaran el uso de rHuEPO en pacientes críticos y pacientes de edad avanzada.
Al respecto, el documento ahonda más en el asunto al plantear los riesgos:
"Diversas agencias gubernamentales (FDA, EMEA y AEMPS) han emitido alertas sobre la asociación entre el uso de rHuEPO y el incremento del riesgo de fenómenos tromboembólicos y de la mortalidad, en pacientes con tratamientos a largo plazo por anemia debida a insuficiencia renal crónica o quimioterapia por cáncer, así como en pacientes de cirugía ortopédica sin profilaxistrombo-embólica"
El caso de Edith Morales ilustra bien este riesgo. La sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago del año 2008 nos señala sus condiciones de salud: "Edith Morales Orellana, de 52 años de edad, quien se encuentra internada en la Clínica Indisa aquejada de leucemia múltiple... quien en el curso de su enfermedad presentó un cuadro de colecistitis aguda acalculosa, enfermedad de manejo quirúrgico, y que debido a las complicaciones relacionadas con la situación de la paciente debió ser conectada a un ventilador mecánico y trasladada a la Unidad de Cuidados Intensivos Coronaria". Su marido no testigo, acudió a esta Corte consciente de que los tratamientos alternativos incrementaban el riesgo de mortalidad, a fin de que se le administrara una transfusión de sangre, pese a la negativa verbal y notarial de su esposa. En una entrevista dada a la televisión el marido explica: "Plantearse el tratamiento a empezar: transfusión, después venía una quimio, después otra serie de transfusiones y quimio. Porque, bueno, a mi señora le hicieron quimio, pero arriesgándose que los hematocritos del 4... A ninguna persona le pueden hacer una quimio con 4 de hematocritos, entonces eso fue acabar más rápido. La acabó más rápido. O sea que había que seguir los pasos: transfusión y después venía una quimio, tranfusión y otra quimio." (Declaraciones a partir del minuto 2:35 del video de abajo).
Este caso es del 2008 y el Documento Sevilla es de 2013. Sin embargo, si los riesgos de las alternativas a la sangre eran bien conocidos por el esposo de Edith Morales, es muy probable que también los conocieran los miembros del CEH que asesoraron su caso ante el personal médico. La pregunta es: ¿Hasta qué punto supo Edith, por parte de los miembros de los CEH, del riesgo que corría su vida al hacerse quimioterapia sin sangre teniendo cáncer? Si ella estaba al tanto de todos los riesgos y decidió sin presiones, no tenemos nada qué objetar. Pero si no decidió en base a toda la información médica disponible, o si recibió presiones del CEH para que se decidiera por las alternativas, o si sucedieron ambas cosas a la vez... que el lector juzgue.
Ahora en 2014 y gracias a esta carta, no tenemos duda de que la Organización y los CEH manejan esta información. Nos preguntamos: Enfrentados ante los riesgos mortales que produce tratar un cáncer con quimioterapia sin sangre, ¿hasta qué punto los CEH van a indicarle los riesgos al paciente? Si el testigo se entera de estos y decide transfundirse, ¿recibirá presiones de parte de los CEH? ¿Violaría este proceder el "consentimiento informado"?
En vista de que contiene algunos puntos no muy favorables, no estamos recomendando una campaña de distribución. Les sugerimos que se familiaricen bien con su contenido y lo analicen en su próxima reunión como Comité de Enlace con los Hospitales. Podrán utilizarlo libremente para atender casos, destacando puntos específicos que favorezcan su argumentación. También pueden compartirlo con algunos de sus médicos consultores y colaboradores.
Tengo que ser sincero con ustedes lectores y no puedo dejar de decirles lo oscuro que es este párrafo. Este documento, como la misma Organización reconoce en esta carta, fue "elaborado por expertos de seis sociedades científicas" y "ofrece recomendaciones basadas en estudios bien diseñados" "sobre técnicas y fármacos que permiten evitar la transfusión de sangre"... ¿y no se recomienda una campaña de distribución generalizada porque "contiene algunos puntos no muy favorables"? ¿O sea que la Organización le dice a los médicos a través de los CEH sólo lo que conviene a la causa de las alternativas a la sangre? Así es: Sólo se tiene que utilizar el Documento de Sevilla "destacando puntos específicos que favorezcan su argumentación". Se podrá compartir, pero sólo con algunos médicos, los "consultores y colaboradores", es decir sólo con médicos simpatizantes con los puntos de vista de la Organización respecto a la sangre.
La verdad que este actuar sesgado que se instruye para los CEH para con el personal médico, deja muchas dudas respecto a la clase de información que le pueden dar al paciente testigo... ¿Qué hay del consentimiento informado y de la autodeterminación que la Organización promueve para justificar la negativa a la sangre? ¿Acaso estos principios jurídicos no rigen también en el caso de los tratamientos alternativos? ¿No estamos ante un caso de ocultamiento de información por parte de la Organización sobre los riesgos de los procedimientos alternativos a la sangre?
Es propio del cuerpo gobernante tener doble discurso ( uno para el testigo de a pie y otro para sus subordinados) considerando el buen ejemplo documentado que has brindado .
ResponderEliminarTambién tenemos el ejemplo de porque se dejaron de vender las publicaciones ( al de a pie se le dijo que que era para que las revistas se coloquen más rápido) ellos hicieron un amicus curiae para defender a un pastor pentecostal por la venta de sus libros pues el estado californiano quería exigir la paga de impuestos por las ventas ; como siempre son una vergüenza.
Gracias hildebrando por tú aporte un saludo.