Carta 26/03/14: Uso de la propiedad de la congregación

Dentro de la vorágine de cambios que está habiendo últimamente, tenemos esta carta con fecha de hace un mes... pero en realidad subida sólo hace algunos días a jw.org. Hasta el momento, no parece una carta que vaya destinada a todas las sucursales, pues sólo nos consta que ha llegado a México y Portugal. Sin embargo, está enmarcada dentro de los cambios que se están implementando en materia de gestión y financiamiento de los Salones.

Después del primer párrafo se hace evidente el propósito de la carta: Salvaguardar las exenciones tributarias de la Organización. Para ello, las congregaciones (de acuerdo a lo que el "Cuerpo Gobernante prefiere") no poseerán ni controlarán propiedades aparte de su lugar de reunión. En la práctica, esto significa que las casas situadas en los terrenos de sus salones, no serán habitadas por voluntad de la congregación local sino de la Orden Mundial de Siervos Especiales de Tiempo Completo. El resto de las propiedades debe venderse, con el visto bueno del recién estrenado Departamento Local de Diseño y Construcción:

http://hildeydesa.blogspot.com/search/label/Departamento%20Local%20de%20Dise%C3%B1o%20y%20Construcci%C3%B3n

Con esta declaración, nos damos cuenta que la naturaleza de este nuevo departamento es el de una inmobiliaria. Funcionando con ese criterio, no nos extraña que se ordene el desalojo de viviendas habitadas por "publicadores, precursores regulares, ancianos, cuidadores o hermanos que se hayan desplazado para servir en lugares de necesidad". No importa cuántos años estos hermanos hayan servido fielmente y que incluso por ello, no hayan comprado su casa propia... El entregarle el dominio de estas propiedades a la "Orden Mundial", no es más que una formalidad sutil para desalojar a todos los moradores de estos inmuebles. La razón para este procedimiento son "cuestiones de responsabilidad civil". Pero detrás de todo esto, no hay más que evitar que los gobiernos traten a la Organización como una inmobiliaria sujeta a impuestos y, también, tener las manos libres para liquidar las propiedades que estimen convenientes, sin que moradores estorben las ventas.

Ahora bien, si el morador tiene un usufructo legal (o un contrato de arriendo), pues el Departamento Local de Diseño y Construcción debe ser contactado "de inmediato", al más puro estilo como se hace con el Departamento de Asuntos Legales... ¿Será para estudiar cómo anular el usufructo o el contrato de arrendiendo? Que el lector lo juzgue...

Que se procura una rápida liquidación de estas propiedades, se nota además por la prohibición de arrendar estas propiedades a cambio de donativos. Se nota que esto se ha estado haciendo... hasta ahora, momento en que se toman medidas para evitar identificar estas operaciones con actividades inmobiliarias... De hecho, se reconoce que "en ciudades grandes haya congregaciones que tengan arrendada una parte del Salón del Reino para negocio o vivienda", ¡y lo han permitido hasta ahora, hasta cuando estos negocios pueden estorbar sus intereses! También es claro que ha habido arriendos para instalar publicidad o antenas de telefonía o para estacionamientos (con el debido descargo de responsabilidad, claro)... Hasta puede que todo esto siga, si el Departamento Local de Diseño y Construcción lo aprueba, aunque sutilemente recomienden 'centrarse en predicar', cosa que NO se ha estado haciendo en estas congregaciones enredadas en negocios mundanos. (Sin embargo, se establece como excepción la morada en estas casas del SC, cuyo "arriendo" paga el circuito).

Otra directriz que fortalece el Departamento de Construcción (para abreviar) establece pedirle el visto bueno antes de comprar un inmueble para un Salón del Reino. Como ya dijimos en otra entrada, la Organización está quitándole a las congregaciones la facultad de construir y financiar sus Salones del Reino de forma independiente. ¿Por qué?

http://hildeydesa.blogspot.com/2014/04/carta-290314-cambio-en-la-manera-de.html

La conclusión no deja de ser una paradoja al animar a "reservar el uso de las propiedades dedicadas a Jehová para fines teocráticos", cuando a renglón seguido dejan la puerta abierta para que con el visto bueno del Departamento de Construcción se sigan haciendo negocios con estas propiedades, sin contarnos con qué criterios podría permitir semejante cosa. De manera que por un lado desalojan a hermanos que lo han dado todo y por eso no tienen casa, y por otro, se reservan el derecho a arrendar bienes raíces dedicados a Jehová, ¡lo que a priori es incorrecto! ¿No está claro que el Departamento de Construcción opera con criterios de mercado, procurando capitalizar los bienes raíces improductivos, a la vez que estimula los productivos sin alterar las exenciones de impuestos?