"Dilexi iustitiam et odivi iniquitatem propterea morior in exilio"

sábado, 16 de marzo de 2013

Impacto de la Educación Cristiana en la Femineidad

En esta entrada http://hildeydesa.blogspot.com/2013/01/la-moral-cristiana-y-el-sexo-sus.html ya hemos señalado como el cristianismo post-apostólico modificó la moral sexual existente en el mundo clásico yendo más allá de las restricciones de la Biblia. Ahora seguiremos con este tema ocupándonos de la transición entre el paganismo y el cristianismo del comportamiento femenino.

Una fuente importante para estudiar este periodo es El Pastor de Hermas http://escrituras.tripod.com/Textos/Hermas.htm libro cristiano de género apocalíptico escrito en el siglo II EC que se creyó inspirado durante los siglos II y III EC, hasta que comienza a ser cuestionado entre otros por Tertuliano. El libro de por sí es muy interesante para conocer la evolución de las comunidades cristianas, incluyendo el comportamiento de las mujeres en el marco cristiano. Mezcla de resabios de paganismo con la tradición cristiana, la obra ha resultado bizarra y chocante para quienes han sido formados en una estricta moral. Destacaremos precisamente esos pasajes pertinentes al tema, partiendo con la mismísima primera visión que más se parece a la introducción de una novela helenística que a un libro critiano:


El amo que me crió me vendió a una tal Roda en Roma. Al cabo de muchos años la encontré de nuevo, y empecé a amarla como a una hermana. Después de cierto tiempo la vi bañándose en el río Tíber; y le di la mano, y la saqué del río. Y, al ver su hermosura, razoné en mi corazón, diciendo: «Cuán feliz sería si tuviera una esposa así, en hermosura y en carácter.» Y reflexioné meramente sobre esto, y nada más. Después de cierto tiempo, cuando estaba dirigiéndome a Cumas... mientras oraba, se abrió el cielo vi a la señora, a quien había deseado, saludándome desde el cielo... me contestó: «Se me ha traído aquí para que te redarguyera de tus pecados delante del Señor.» Le dije: «¿Es acerca de ti que me acusas?» «No», dijo ella, «pero oye estas palabras que te diré. Dios, que reside en los cielos, y creó de la nada las cosas que son, y aun las aumentó y multiplicó por amor a su santa Iglesia, está enojado contigo, porque pecaste contra mí.» Yo le contesté y dije: «¿Pequé contra ti? ¿En qué forma? ¿Te dije alguna vez alguna palabra inconveniente? ¿No te consideré siempre como si fueras una diosa? ¿No te respeté siempre como una hermana? ¿Cómo pudiste acusarme falsamente, señora, de tal villanía e impureza?» Riendo, ella me dijo: «El deseo hacia el mal entró en tu corazón... Pero ora a Dios, y Él sanará tus pecados, y los de toda tu casa, y de todos los santos.»

II. Tan pronto como hubo dicho estas palabras se cerraron los cielos; y yo fui presa de horror y de pena. Entonces dije dentro de mí: «Si este pecado es consignado contra mí, ¿cómo puedo ser salvo?...» En tanto que consideraba y ponderaba estas cosas en mi corazón, vi delante de mí una gran silla blanca de lana como la nieve; y allí vino una señora anciana en vestido resplandeciente, con un libro en las manos, y se sentó sola, y me saludó: «Buenos días, Hermas.» Entonces yo, apenado y llorando, dije: «Buenos días, señora.» Y ella me dijo: «¿Por qué estás tan abatido, Hermas, tú que eres paciente y bien templado, y siempre estás sonriendo? ¿Por qué estás tan caído en tu mirada y distante de la alegría?» Y le dije: «A causa de una de las palabras de una dama excelente contra la cual he pecado.» Entonces ella dijo: «¡En modo alguno sea así en un siervo de Dios! Sin embargo, el pensamiento entró en tu corazón respecto a ella. En los siervos de Dios una intención así acarrea pecado. Porque es un propósito malo e insano, en un espíritu devoto que ya ha sido aprobado, el desear algo malo, y especialmente si es Hermas el templado, que se abstiene de todo mal deseo y está lleno de toda simplicidad y de gran inocencia.

III. »Con todo, no es por esto que Dios está enojado contigo, sino con miras a que puedas convenir a tu familia, que ha obrado mal contra el Señor y contra vosotros sus padres. Pero por apego a tus hijos tú no les amonestaste, sino que toleraste que se corrompieran de un modo espantoso. Por tanto, el Señor está enojado contigo. Pero Él quiere curar todos tus pecados pasados, que han sido cometidos en tu familia, porque a causa de sus pecados e iniquidades tú has sido corrompido por las cosas de este mundo. Pera la gran misericordia del Señor tuvo piedad de ti y de tu familia, y te corroborará, y te afianzará en su gloria. Sólo que no seas descuidado, sino que cobres ánimo y robustezcas a tu familia. Porque como el herrero trabajando a martillazos triunfa en la tarea que quiere, así también el recto discurso repetido diariamente vence todo mal. No dejes, pues, de reprender a tus hijos; porque sé que si se arrepienten de todo corazón, serán inscritos en los libros de vida con los santos.» ....

IV.... En tanto que ella me estaba hablando, aparecieron dos hombres y se la llevaron, tomándola por los brazos, y partieron hacia el punto adonde había ido la silla, hacia Oriente. Y ella sonrió al partir y, mientras se marchaba, me dijo: «Pórtate como un hombre, Hermas.»


Sin entrar en comentarios exegéticos, baste saber que "Roda" (la dueña del relator, que después le dio la libertad) y "la anciana" ambas representan a la Iglesia corrigiendo a Hermas. Lo curioso es que esta obra parta señalando cómo deseó Hermas a su ex-ama luego de verla desnuda. Pese a que fue un pensamiento pasajero, recibió reprensión por ello, sin importar que antes la tratara como una hermana o una diosa (aquí se ve el elemento pagano también). 

Por otro lado, se destaca mucho en todo el libro el papel que tiene Hermas como pater familias en su contexto romano. La esposa e hijos están bajo la autoridad del varón: El modelo romano de familia será el que finalmente adoptará el cristianismo, mucho más severo que el judío, que pese a todo, daba muchas más libertades a la mujer. Prueba de ello la hallamos en que menos de un siglo antes de Cristo, los judíos aceptaron sin problemas tener una reina, Salomé Alejandra, apoyada por los fariseos... http://books.google.cl/books?id=xBDa0GXa40sC&pg=PA283&lpg=PA283&dq=salom%C3%A9+alejandra+fariseos&source=bl&ots=3wo5PeypFl&sig=tjKm7_fRSRwx0c8iVXheK2vviFM&hl=es-419&sa=X&ei=dIZEUYqRDPDE0AGpz4GwCw&redir_esc=y#v=onepage&q=salom%C3%A9%20alejandra%20fariseos&f=false
cosa impensable en la sociedad romana...

Otro pasaje, (muy extraño también) que refleja la transición entre una moral pagana relajada y un estricto cristianismo es este, ubicado en la novena parábola del libro. Se relata la construcción de una Torre (la Iglesia) con detalles que el Pastor le explicará a Hermas... pero antes debe pasar por esta experiencia:



X... Eché mano de su zurrón y le conjuré por el Señor que me explicara [todo] lo que me había mostrado. El me dijo: «Estoy ocupado durante un rato; luego te lo explicaré todo. Espérame aquí hasta que vuelva.» Yo le dije: «Señor, cuando esté solo aquí, ¿qué es lo que tengo que hacer?» «Tú no estás solo», me contestó, «porque estas vírgenes están aquí contigo.» «Encomiéndame, pues, a ellas», le dije. El pastor las llamó y les dijo: «Os encomiendo a este hombre hasta que vuelva», y se marchó. Así que yo quedé solo con las vírgenes; y ellas estaban muy alegres, y amablemente dispuestas hacia mí, especialmente las cuatro que eran más gloriosas en apariencia.

XI. Las vírgenes me dijeron: «Hoy el pastor no viene aquí.» «¿Qué haré yo, pues?», dije. «Espérale», dijeron, «hasta el anochecer; y si viene, él hablará contigo; pero si no viene, te quedarás aquí con nosotras hasta que venga.» Yo les dije: «Le esperaré hasta el anochecer, y si no viene, me marcharé a casa y regresaré temprano por la mañana.» Pero ellas contestaron y me dijeron: «Él te encomendó a nosotras, y no puedes marcharte de nosotras.» «¿Dónde me quedaré, pues?» «Tú pasarás la noche con nosotras», dijeron, «como un hermano, no como un marido; porque tú eres nuestro hermano, y a partir de ahora nosotras moraremos contigo; porque te amamos entrañablemente.» Pero yo tenía vergüenza de quedarme con ellas. Y la que parecía ser la principal empezó a besarme y abrazarme; y las otras, viendo que ella me abrazaba, empezaron también a besarme, y me llevaban alrededor de la torre y jugaban conmigo. Y yo me había vuelto como si fuera un joven, y comencé yo mismo a jugar con ellas. Porque algunas de ellas empezaron a danzar, [otras a dar saltos], otras a cantar. Pero yo me quedé en silencio y andaba con ellas alrededor de la torre, y estaba contento con ellas. No obstante, cuando llegó la noche, deseaba irme a casa; pero ellas no me dejaron, sino que me detuvieron. Y yo pasé la noche con ellas, y dormí al lado de la torre. Porque las vírgenes esparcieron sus túnicas de lino sobre el suelo, y me hicieron echar en medio de ellas, y ellas no hacían otra cosa que orar; y yo oraba con ellas sin cesar, y no menos que ellas. Y las vírgenes se regocijaban de que yo orara. Y yo estuve con las vírgenes allí hasta la mañana a la segunda hora. Entonces vino el pastor y dijo a las vírgenes: «¿Le habéis hecho algún daño?» «Pregúntaselo», dijeron. Y yo le dije: «Señor, estuve contento de estar con ellas.» «¿Qué comiste para cenar?», me preguntó. «Cené, señor, las palabras del Señor durante toda la noche», le dije. «¿Te trataron bien?», preguntó él. «Sí, señor», contesté.



Extraño pasaje, ¿verdad? Aunque parece ser una experiencia mundana, se constituye como condición para que el Pastor entregue su revelación a Hermas. Interesante es lo que comenta de él Philip Schaff, (1819-1893) editor de la obra "Ante-nicene Fathers" en plena época de la moral victoriana:

"Este curioso capítulo es recordado como un sueño y una similitud. En los limpios hogares cristianos, es de lo más incomprensible. En medio de las abominaciones del paganismo, enseña una lección que después será reforzada por los cánones y la fuerte disciplina de la completa Iglesia. La lección es que "lo que comienza en el espíritu" puede "terminar en la carne". Quienes se alejan de las horribles impurezas de los paganos y abusan de sus relaciones espirituales "como hermanos y hermanas" están al borde del precipicio. "A los limpios todas las cosas son limpias", pero quienes abusan de esta gran verdad con besos y familiaridades semejantes, están tentando una peligrosa caída. En esta visión, Hermas se resuelve a "vigilar y orar" y las vírgenes se alegran porque se ha salvado a sí mismo. El comportamiento de las muchachas era el que las mujeres paganas constantemente practicaban, y que las mujeres cristianas, criadas en tales hábitos de vida, cometieron, quizá, sin malos pensamientos, apoyándose en sus "gloriosos atuendos del poder de la castidad". Nada en este cuadro es producto del cristianismo,  excepto el autodominio inculcado como la única salvaguarda incluso entre mujeres buenas."

http://www.ccel.org/ccel/schaff/anf02.ii.iv.ix.html#fna_ii.iv.ix-p25.1


El mismo autor, se explaya más adelante en la Elucidación II:

"Wescott está indudablemente en lo correcto al conectar este extraño pasaje con uno de los menos defendibles experimentos de la vida cristiana primitiva. Gibbons no haya nada en este experimento sino una oportunidad para su grosería. Un verdadero filósofo considerará esto muy diferentemente; y aquí de una vez por todas, podremos hablar con alguna largura. El joven creyente, un miembro quizá de una familia pagana, diariamente se mezclaba con abominables costumbres, forzado a relacionarse en cualquier lugar diariamente con las lascivas hetæræ de los griegos o con las [mujeres] retratadas por Marcial entre los romanos, sin refugio salvo huir al desierto, o practicar la más heroica auto-restricción, si conservaba las relaciones y compañías de su juventud. Si iba a los baños, veía mujeres desnudas revolcándose con hombres viles; si dormía en la azotea, veía como desplegaban su estera o alfombra en un estilo promiscuo hombres y mujeres. Esto es diferente entre ricos y pobres, pero de estos últimos el Evangelio encontró mayor número de reclutas, y fueron ellos los menos capaces de protegerse a sí mismos de las contaminaciones. Su único recurso era el autodominio, del cual brotó el encratismo de Taciano y el montanismo de Tertuliano. Se suponía que la pureza de los ángeles se podía obtener en esta vida; y el experimento fue asistido con algún éxito, entre los más resueltos en ayunos y oraciones. Inevitablemente, sin embargo, "lo que comenzó en espíritu" terminó "en carne" en muchas ocasiones. Vivir como hermanos y hermanas en la familia de Cristo fue un atrevido experimento; especialmente en tal atmósfera social y en medio de los hábitos domésticos de los paganos. Se produjeron escándalos. La Iglesia hizo rigurosas censuras canónicas y, mientras los vicios de los hombres y el peligro de las persecuciones multiplicaban los anacoretas en el desierto, este mal comportamiento fue aplastado y se hizo imposible para los cristianos."El glorioso poder de la castidad" que quiere Hermas pintar, no hay duda que gloriosamente fue ejemplificado entre santos hombres y mujeres en épocas heroicas..."
http://www.ccel.org/ccel/schaff/anf02.ii.v.html

Poco a poco, la sensualidad que retrata Marcial, (nacido en Hispania.. quizá por eso es tan jocoso y pícaro al hablar de las mujeres) [http://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/23/14/ebook2388.pdf] irá desapareciendo... pero sólo para dar paso a la búsqueda de lo sublime... o a la hipocresía...

1 comentario:

  1. lamento en el alma no haber visto este super interesante tema y tu analisis.
    Me parece optimo que puedas extraer aspectos del cristianismo del segundo siglo en obras que estaban en boga y circulacion por mucho tiempo y que contituyen una ventana al pasado, que permite entender el establecimiento de tradiciones como la de la ICAR.
    Buen tema...lo comentare en detalle mas adelante, de hecho para alla voy en mi estudio...grax viejo.

    miker

    ResponderEliminar